Estos últimos días, la prensa ha recogido los testimonios de muchos intelectuales que lamentan su pérdida. En el Taller de lectura también, como no, lo hemos recordado, pues era un “fijo” en nuestra actividad lectora. Su Primavera con una esquina rota fue una de las primeras novelas que leímos y nos gustó muchísimo. También sus poemas. Al iniciar este curso hicimos una breve lectura “interior” de un texto suyo, Están empero, de su obra Vivir adrede (una lectura es interior cuando no la comentamos, cuando la leemos para consolarnos). Esta semana, para recordarlo, leímos los poemas que aquí ponemos, en el Blog, para compartirlos con todos los que queráis recordar a este gran escritor.
ESTÁN EMPERO
Los que no están, están empero. Cayeron como vamos a caer en nuestra noche. La leve eternidad ya los protege. Quedaron sus palabras, escritas o escuchadas, sus gestos de alegría, sus odas de amargura. Sus manos que aún dialogan a veces con mis manos.
El cielo que ellos vieron me está viendo, celeste. El mundo nos rodea, con ellos o sin ellos. Faltaron en el júbilo, cuando todos lloramos. Faltaron en la pena, cuando todos cantamos.
Si percibo en mi espalda algún abrazo, pienso que pueden ser. Pero no son. Están empero.
Quisiera introducirme en sus ausencias y preguntarles todo: qué se llevaron, qué dejaron. No es bueno convivir con el vacío.
El pasado, colmado de sus rostros, nos castiga y nos premia. Reparte sus consejos, sus reproches. La memoria los junta. Y algo que vale: los que se fueron vuelven en los sueños. Bienvenidos.
El día en que murió, día de san Pascual Bailón -es el cumpleaños de mi hijo Roberto, de ahí que me sepa el santo del día-, oí decir que había muerto el mayor de los poetas menores. ¿Quién habrá dicho semejante tontada? Algún samarugo, algún frustrao de esos que han querido y no han podido. Fijo.
ResponderEliminarPues eso, que Benedetti es de lo mejor. No digo era, digo es: nos ha legado una copiosa obra llena de maravillas, hemos tenido la suerte de que existiera para crearla. Y aún quisiera yo que hubiera permanecido para seguir disfrutando sus novedades. Habré de conformarme, pues, con seguir engolfándome en todo lo suyo.