La curiosidad la trajo a la casa de Cultura, quería saber qué historia se escondía detrás de la frase que la sobrecogía cuando la leía al pasar bajo el arco de las escaleras que conducen a la Plaza: “Calla y ahorca, que ese es tu oficio”. Paz justificó su curiosidad: “soy escritora de relatos, me gustaría saber qué historia cuenta la frase que leo cada vez que subo y bajo las escaleras en mis paseos por Tauste.”
miércoles, 27 de mayo de 2009
SOBRE PAZ ZEA
En el Blog aparece Paz Zea como seguidora, pero también están sus textos, sus hermosos relatos, su aportación al Taller de Lectura. Creo necesario, por lo hermoso y azaroso, contar el encuentro con Paz Zea:
La curiosidad la trajo a la casa de Cultura, quería saber qué historia se escondía detrás de la frase que la sobrecogía cuando la leía al pasar bajo el arco de las escaleras que conducen a la Plaza: “Calla y ahorca, que ese es tu oficio”. Paz justificó su curiosidad: “soy escritora de relatos, me gustaría saber qué historia cuenta la frase que leo cada vez que subo y bajo las escaleras en mis paseos por Tauste.”
-¡Qué bien! Escritora de relatos, hagamos un trato: si te vienes al Taller de Lectura, te contamos la historia de Antonio Germán y tú nos traes algunos de tus relatos. Al día siguiente teníamos a Paz en clase. Su acento cerrado y mi deteriorado oído me llevaron ante su asombro y sus risas a presentarla al grupo como argentina, pero no, Paz es “granaína”, de Monachil.
Le contamos la historia de Germán. A los taustanos de entonces debió parecerles un auténtico héroe por su obstinación y fidelidad a un aspirante al trono español al que no conocía (sólo porque era de origen francés, como él), aunque no les haría mucha gracia que al día siguiente de la ejecución, con el sabido valor de gritar aquello tan terrible del “calla y ahorca”, el marqués de Sástago entrara en Tauste a sangre y fuego, ni a su familia que les quitaran todas sus propiedades (incluida la hermosa Casa de la Cámara) que no llegaron a recuperar pese a las promesas del Borbón. Eso sí, quedó para la posteridad el título de “fidelísima” que lucimos en el escudo de Tauste. Presentamos a Germán, como se puede comprobar, a nuestro modo: un héroe un poco tontorrón, pero héroe al fin y al cabo, que uno no pronuncia así como así una frase tan contundente cuando lo van a ahorcar.
Pero, además de conocer esta historia, Paz participó en la actividad del día, leyó en voz alta su parte del Lazarillo de Tormes. Hubo una conexión especial, porque ella nos dio una lección: como la vida le había “regalado” una fibromialgia que la paralizaba de dolor y le impedía cualquier actividad laboral, se dedicaba a su pasión profunda: escribir. Actitud tan positiva ante la adversidad, sus ganas de crear belleza en vez de compadecerse por su limitación, nos conmovió a todas. Mira Paz, en el Taller hay mujeres, nada menos que tres, que han perdido hijos, y aquí están, dispuestas a no dejarse vencer por la tristeza, a dar lo mejor de sí mismas en todo momento. Paz volvió otra vez a clase antes de marcharse a Granada y nos dejó más relatos y sus impresiones sobre el Taller de Lectura y sobre la gente que había conocido en Tauste. Le sigue pareciendo increíble este grupo de mujeres mayores. Se lo parece que tengan tanto interés por la lectura, por seguir aprendiendo, que les guste tanto la poesía y las palabras.
Otra cosa que quiero decir de Paz es su impresión sobre nosotros, los taustanos. La mirada de los otros, la mirada desde fuera (que también puede ser subjetiva), es diferente a la que tenemos de nosotros mismos. Paz vivió las fiestas de abril, las sintió: le emocionaron la Puesta del Pendón, la Salve, el Rosario y la despedida de la Virgen… pero lo que más le llegó fue nuestro sentir hacia lo que nos une como pueblo, como es el fervor, pagano o no, hacia la Virgen y hacia las tradiciones; y, sobre todo, le llegó el calor humano que, según ella, desprendemos los taustanos. ¿A que es una mirada generosa? Estoy en que deberíamos creerla sin complejos. Gracias, Paz. (La Paz sea con nosotros).
Así que esta es la historia del afortunado encuentro con Paz Zea, autora granadina de relatos cortos, que nos sigue desde el blog y que desea permanecer en este grupo abierto que es el Taller de Lectura.
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Yo, Paz Zea, diminuta palabra en el universo de las palabras, agradezco a todos los que formáis parte de este blog las palabras que me habéis dedicado.
ResponderEliminarHoy defino para vosotros lo que siento sobre las PALABRAS:
Se acercan con el sol de la mañana despacio por el suelo, son trabajadoras hormigas diminutas, lagartijas que corretean buscando calor...
Al caer la tarde, vienen por el horizonte… sí, con esas nubes en forma de borreguitos de algodón...
De noche, el viento las trae en el perfume de cualquier jazmín, las cuelga en cada estrella y las deja colocadas como farolillos en el universo...
ELLAS nos dan vida. Aplauden nuestra alegría, amansan cualquier dolor. ¿Qué sería de nosotros sin las palabras?
Monachil, (Granada), 31-06-09